Manifiesto del Partido
Comunista (fragmentos)
K. Marx & F. Engels
Disponible en:
https://sociologia1unpsjb.files.wordpress.com/2008/03/marx-manifiesto-comunista.pdf
Un espectro se cierne
sobre Europa: el espectro del comunismo. Contra este espectro se han conjurado
en santa jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa y el zar,
Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes. No hay
un solo partido de oposición a quien los adversarios gobernantes no motejen de
comunista, ni un solo partido de oposición que no lance al rostro de las
oposiciones más avanzadas, lo mismo que a los enemigos reaccionarios, la
acusación estigmatizante de comunismo.
De este hecho se
desprenden dos consecuencias: la primera es que el comunismo se halla ya
reconocido como una potencia por todas las potencias europeas. La segunda, que
es ya hora de que los comunistas expresen a la luz del día y ante el mundo
entero sus ideas, sus tendencias, sus aspiraciones, saliendo así al paso de esa
leyenda del espectro comunista con un manifiesto de su partido.
Con
este fin se han congregado en Londres los representantes comunistas de
diferentes países y redactado el siguiente Manifiesto, que aparecerá en lengua
inglesa, francesa, alemana, italiana, flamenca y danesa.
(…)
(…)
Toda la historia de
la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases.
Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba,
maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente
siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras
franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación
revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases
beligerantes (…)
La moderna sociedad
burguesa que se alza sobre las ruinas de la sociedad feudal no ha abolido los
antagonismos de clase. Lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases,
nuevas condiciones de opresión, nuevas modalidades de lucha, que han venido a
sustituir a las antiguas. Sin embargo, nuestra época, la época de la burguesía,
se caracteriza por haber simplificado estos antagonismos de clase. Hoy,
toda la sociedad tiende a separarse, cada vez más abiertamente, en dos grandes
campos enemigos, en dos grandes clases antagónicas: la burguesía y el
proletariado.
El descubrimiento de
América, la circunnavegación de Africa abrieron nuevos horizontes e imprimieron
nuevo impulso a la burguesía. El mercado de China y de las Indias
orientales, la colonización de América, el intercambio con las colonias, el
incremento de los medios de cambio y de las mercaderías en general, dieron al
comercio, a la navegación, a la industria, un empuje jamás conocido, atizando
con ello el elemento revolucionario que se escondía en el seno de la sociedad
feudal en descomposición.
Pero los mercados
seguían dilatándose, las necesidades seguían creciendo. Ya no bastaba
tampoco la manufactura. El invento del vapor y la maquinaria vinieron a
revolucionar el régimen industrial de producción. La manufactura cedió el
puesto a la gran industria moderna, y la clase media industrial hubo de dejar paso
a los magnates de la industria, jefes de grandes ejércitos industriales, a los
burgueses modernos (...).
Dondequiera que se
instauró la burguesía, echó por tierra todas las instituciones feudales,
patriarcales e idílicas. Desgarró implacablemente los abigarrados lazos
feudales que unían al hombre con sus superiores naturales y no dejó en pie más
vínculo que el del interés escueto, el del dinero contante y sonante, que no
tiene entrañas (…) Enterró la dignidad personal bajo el dinero y redujo
todas aquellas innumerables libertades escrituradas y bien adquiridas a una
única libertad: la libertad ilimitada de comerciar (…)
Las armas con que la
burguesía derribó al feudalismo se vuelven ahora contra ella. Y la burguesía no
sólo forja las armas que han de darle la muerte, sino que, además, pone en pie
a los hombres llamados a manejarlas: estos hombres son los obreros, los
proletarios.
En la misma
proporción en que se desarrolla la burguesía, es decir, el capital,
desarrollase también el proletariado, esa clase obrera moderna que sólo puede
vivir encontrando trabajo y que sólo encuentra trabajo en la medida en que éste
alimenta a incremento el capital. El obrero, obligado a venderse a
trozos, es una mercancía como otra cualquiera, sujeta, por tanto, a todos los
cambios y modalidades de la concurrencia, a todas las fluctuaciones del mercado
(…)
Las masas obreras
concentradas en la fábrica son sometidas a una organización y disciplina
militares. Los obreros, soldados rasos de la industria, trabajan bajo el
mando de toda una jerarquía de sargentos, oficiales y jefes. No son sólo
siervos de la burguesía y del Estado burgués, sino que están todos los días y a
todas horas bajo el yugo esclavizador de la máquina, del contramaestre, y sobre
todo, del industrial burgués dueño de la fábrica [...].
Los obreros empiezan
a coaligarse contra los burgueses, se asocian y unen para la defensa de sus
salarios. Crean organizaciones permanentes para pertrecharse en previsión de
posibles batallas. De vez en cuando estallan revueltas y sublevaciones. Los
obreros arrancan algún triunfo que otro, pero transitorio siempre. El verdadero
objetivo de estas luchas no es conseguir un resultado inmediato, sino ir
extendiendo y consolidando la unión obrera. Coadyuvan a ello los medios
cada vez más fáciles de comunicación, creados por la gran industria y que
sirven para poner en contacto a los obreros de las diversas regiones y
localidades. Gracias a este contacto, las múltiples acciones locales, que
en todas partes presentan idéntico carácter, se convierten en un movimiento
nacional, en una lucha de clases (…)
De todas las clases
que hoy se enfrentan con la burguesía no hay más que una verdaderamente
revolucionaria: el proletariado. Las demás perecen y desaparecen con la
gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto genuino y peculiar
(…). El obrero se depaupera, y el pauperismo se desarrolla en proporciones
mucho mayores que la población y la riqueza (…)
La existencia y el
predominio de la clase burguesa tienen por condición esencial la concentración
de la riqueza en manos de unos cuantos individuos, la formación e incremento
constante del capital; y éste, a su vez, no puede existir sin el trabajo asalariado.
El trabajo asalariado presupone, inevitablemente, la concurrencia de los
obreros entre sí [...]. Al desarrollarse la gran industria, la burguesía
ve tambalearse bajo sus pies las bases sobre las que produce y se apropia lo
producido. Y a la par que avanza, se cava su fosa y cría a sus propios
enterradores. Su muerte y el triunfo del proletariado sin igualmente
inevitables.
Guía de consignas para la lectura
1.
¿Por qué el comunismo
se presenta como un espectro para Europa según los autores?
2.
¿Qué han decidido hacer
los comunistas?
3.
¿En qué consiste la
lucha de clases? ¿Cuál es su importancia?
4.
¿Cuál es la importancia
asignada a la Historia? Ejemplificar
5.
¿Cuál es el antagonismo
principal de la sociedad en que vive Marx y cómo se manifiesta?
6.
¿Cuál
ha sido el rol de la burguesía respecto del sistema feudal?
7.
¿Qué
opinan los autores de la libertad?
8.
¿Por
qué comparan la fábrica con un ejército?
9.
¿Cómo
reaccionan los obreros frente a la burguesía? ¿Por qué la consideran
revolucionaria?
10.
¿Cuál es la predicción que realizan Marx y
Engels respecto del futuro de la burguesía y del proletariado?
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